Por Drago Kisic – Promotor Educativo
Según Yuval Noah Harari, autor de ‘Sapiens’, la cooperación a gran escala es una de las mayores especialidades humanas y lo que permitió que el ‘Homo Sapiens’ prevaleciera sobre las demás hace millones de años. Esta característica ha sido esencial para el desarrollo continuo de nuestra sociedad, así como para la investigación, y avances científicos y tecnológicos.
En los espacios educativos modernos, es primordial trabajar desde la colaboración e inculcarles a los estudiantes este hábito desde muy pequeños. En Nordic International School, acompañamos a nuestros estudiantes a reconocer sus fortalezas y poner a disposición sus talentos, colaborando con sus compañeros en proyectos que les permitan crear, investigar y resolver problemas complejos en equipo. De este modo, se recrean situaciones reales en el espacio educativo, evidenciando los beneficios de generar soluciones de manera cooperativa.
Aunque una práctica competitiva puede ser beneficiosa en algunos espacios como el deportivo, un entorno competitivo dentro del aula genera poca interrelación entre los estudiantes y resultados individuales inferiores a los que se obtendrían bajo un modelo de trabajo colaborativo. Mientras que un ambiente educativo competitivo genera la sensación de que los desaciertos de los demás nos favorecen comparativamente, en uno colaborativo, los aciertos de otros abonan a favor de los resultados del equipo y nos inspiran a ser mejores.
De esta manera, en un ambiente colaborativo se fomenta el bien común y se cultivan emociones positivas en el espacio educativo que permiten tanto el desarrollo individual como colectivo. En contraste, un ambiente competitivo inculca el deseo de obtener resultados individuales superiores a los demás en detrimento del bien común y una sensación de temor a no obtener resultados suficientes o salir ‘mal rankeado’, así como el temor a equivocarse.
En nuestra visión de la educación el error es el mejor antídoto para reflexionar sobre nuestras acciones y generar mejoras para desafíos sucesivos, debiendo ser promovido como una situación favorable para el aprendizaje. Por ello, resulta antagónico que, dentro de un ambiente competitivo, se premie a los estudiantes que cometen un menor número de equivocaciones.
En Nordic International School promovemos una cultura en la que nuestros estudiantes y colaboradores se sientan seguros de decir ‘no sé’, ya que al reconocer sus necesidades de aprendizaje se abren oportunidades ilimitadas de crecimiento personal. Es nuestro compromiso proveer con las herramientas necesarias y sostenimiento adecuado a todos los miembros de nuestra comunidad durante este proceso, así como alentar un ambiente cooperativo en donde los talentos individuales puedan florecer y generar en equipo resultados extraordinarios.