Donde el fuego enseña: la cocina como arte vital 

Luis Felipe Matos & León Merino

Hay algo profundamente humano en el tenue burbujeo de unos trocitos de cebolla en brunoise sobre un mar de aceite de oliva, en el perfume tibio del pan recién horneado, o en el ritual silencioso de poner la mesa. ¿Qué tienen en común estos gestos cotidianos con la educación? La cuisine, como dirían los franceses, no es solo el lugar donde se prepara la comida: es un espacio de creación, de encuentro y celebración, de identidad y expresión artística. 

En Nordic School, creemos que educar no se limita a enseñar a leer, escribir o resolver problemas matemáticos. Educar es también alfabetizar los sentidos, formar el gusto, comprender los procesos que transforman los ingredientes en un platillo y descubrir que cocinar es una forma de cuidado, escuchar al otro y de expresión artística. Por eso, en el trade de cocina promovemos una educación culinaria que acerque a nuestros niños a las bases técnicas y científicas de la cocina como las emulsiones, un bain-marie, el confit o el uso responsable de los alimentos-, pero también a valores que cultivamos día a día como comunidad nórdica: autonomía, trabajo colaborativo, sostenibilidad, gratitud y creatividad.

Durante estas semanas en el trade de cocina, hemos explorado un solo formato culinario: los desayunos. Son la primera promesa del día, una primera intención, la puerta a lo que viene después. Comenzamos a explorar con, probablemente, el ingrediente más versátil de la cocina: el huevo. A partir de él, hicimos algunas demostraciones técnicas como un huevo frito confit o infusionado con aceite de oliva, ajo y chili flakes, unos esponjosos scrambled eggs, un sugerente omelet francés, inspirado en el chef Jacques Pépin, y unos pancakes acompañados de una homemade mermelada de frutos del bosque. 

Cocinar no es solo una habilidad útil para la vida: es todo un arte que involucra la cabeza, las manos y el corazón. Es ejercer las habilidades ejecutivas como planificar, organizar, resolver problemas y mantener una atención profunda. Un desayuno hecho con diligencia y técnica puede ser también una lección de química, humildad, trabajo en equipo y de amor.

En tiempos de prisa y pantalla, la cocina es una forma de (re)conectar con lo esencial. Por eso, en nuestro trade la educación culinaria se transforma en una laboratorio vivo donde el saber se saborea, los valores se ponen en práctica y la felicidad se cuece a fuego lento. 

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